TRIUNFO DEL SANDINISMO EN LAS ELECCIONES DE NICARAGUA
El pasado domingo, el FSLN ganó con una marcada diferencia las elecciones de Nicaragua, que supera el 63% del electorado. Esa noticia fue opacada por CNN y groseramente distorsionada por Correo, Perú 21, América TV, Canal N, RPP, Frecuencia Latina, La chichi , Aldito Mariátegui, Canedo y hasta César Hildebrant. Curiosa lista de personajes que se encargan de minimizar triunfos que no les interesa o que insinúan fraude o riñas para demeritar el triunfo del sandinismo.
El triunfo de Ortega en Nicaragua ha recuperado la esperanza de viejos militantes del sandinismo, de cientos de pobres y sobretodo de los jóvenes que ven en cinco años más la oportunidad de reordenar su vida y de construir una patria nueva en medio de tanto lobo.
El triunfo del comandante Ortega ha permitido derrotar al Partido Liberal Independiente (PLI), una especie de PPK y Keiko al mismo tiempo. Y el triunfo no es pírrico ni ajustado, es un triunfo marcadamente significativo. Nicaragua no es país títere de EEUU ni un país servil al imperio. Algunos personajillos de los observadores de la OEA ayudados por EEUU quisieron insinuar hechos irregulares para demeritar el triunfo, lo que fue copiado alegremente por la prensa amarilla de Perú.
La prensa televisiva quiere volverse en cuarto poder cuando no lo es ni lo debe ser. Cuando esa prensa critica a Ortega lo hace pensando en Ollanta o ahora en Javier Diez Canseco o peor en Omar Chejade. No hay ingenuidad en la calidad de noticias que se difunden a diario y de la cual se bebe a tragos amargos por personas que construyen su opinión ciudadana basado en los noticieros o primeras planas.
No olvidemos que el FSLN lideró la lucha armada contra la dictadura de la familia Somoza en Nicaragua. No se trata de un partido electoral o surgido de algún proceso casual. Es un grupo que nació del nacionalismo para abrazar el socialismo, el cristianismo, el marxismo. Hoy tiene el reto de luchar por sus ideales en la vía legal, por mantener y profundizar los cambios sociales, algo que aún no logra hacer Ollanta en el Perú y que no tiene un movimiento social fuerte y capaz de defender lo poco avanzado.
El triunfo de Ortega es importante en un pequeño país centroamericano, que le sigue a los triunfos de Cristina Kishner de Argentina, que sigue otros cambios en la cultura latinoamericana. Por eso, esperamos nuevos vientos para Nicaragua.
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