La Ley General de Educación vigente,
considerando el informe Delors de la UNESCO La educación encierra un tesoro en 1996,
en la Declaración
Mundial sobre Educación para Todos de Jomtien en 1990, en la CONFITEA V de Hamburgo
en 1997 o en el Foro Mundial de Dakar en 2000, entre otras referencias,
determinó que la educación tiene como finalidades lograr la realización ética,
intelectual, artística, cultural, afectiva, física y espiritual, promoviendo el
desarrollo de la identidad y autoestima, así como la integración social
adecuada y crítica, para construir una sociedad democrática, solidaria, justa,
inclusiva, próspera, tolerante y forjadora de una cultura de paz.
Estas
finalidades deben ser alcanzadas mediante una educación que tenga como
principios considerar a las personas como centro y agentes fundamentales de un
proceso educativo ético, con equidad, inclusión, calidad, democracia,
interculturalidad, conciencia ambiental y creatividad e innovación, que
promueven la producción de nuevos conocimientos en todos los campos del saber.
Alcanzar
dichas finalidades mediante una educación basada en principios implica que
todas las personas tienen el derecho a una educación durante sus vidas, en los
servicios educativos públicos y gratuitos, gestionados descentralizadamente y
como una acción intersectorial. De este modo, el currículo se define como
valorativo, porque fomenta la ética personal y ciudadana; significativo, porque
tiene en cuenta las experiencias, saberes y necesidades de los estudiantes, y
participativo, porque como herramienta pedagógica debe estar centrado en las
personas como agentes fundamentales del cambio, en un proceso de
enriquecimiento permanente.
La EBA surge con los mismos objetivos
y equivalencias de la EBR,
pero enfatizando su orientación hacia el trabajo y las capacidades
empresariales mediante formas de atención flexible basadas en el
autodesarrollo, como se afirma en el acápite sobre la alfabetización.
La EBA, desarrolla una educación para
niños y adolescentes, así como para jóvenes y adultos, como reto de un proceso
que atiende el derecho de las personas a educarse durante toda la vida, dentro
y fuera del sistema educativo formal, en una perspectiva de desarrollo de
ciudadanía basada en la trasformación de las personas y de sus entornos sociales.
La EBA es una
respuesta a la realidad de miles de peruanos y peruanas que desean formarse y
acceder al mundo en mejores condiciones que la exclusión ha dejado.
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