martes, marzo 11, 2014

AÑO ESCOLAR 2014 EN PERÚ

Ayer se inició el año escolar 2014 en las instituciones públicas del país y de esta manera más de 7 millones de niños y adolescentes retornan a estudiar en la Educación Básica. Pero, ¿Será un año con más de lo mismo o será un año con cambios en bien de la educación y del desarrollo del país?

El ministerio de educación ha iniciado algunas reformas importantes como rehacer los planes de trabajo de todas las escuelas y colegios del país en base a lo que llama “compromisos por la educación”, es decir, quiere que las actividades de las IE tengan como principal preocupación el logro de aprendizaje. Y que el tiempo, los materiales, los presupuestos, el talento humano, todo ello esté alrededor de alcanzar nuevos niveles de aprendizaje.

La propuesta es buena salvo por dos problemas esenciales: la primera que está reduciendo los cambios a dos áreas curriculares: matemática y comunicación. Y la otra debilidad es que se ha detenido y puesto en riesgo el mejoramiento del desempeño docente.

Por mirar el árbol se pierde foco en el bosque. Es decir, por entregar más recursos y  equipos en las áreas de matemática y comunicación se pierde la mirada del proyecto de vida personal y social. Es verdad que la educación básica debe lograr aprendizajes fundamentales y no un bodoque de capacidades y conocimientos pero hay que tener cuidado con perder la brújula.  Las matemáticas por sí solas no sirven para construir el nuevo ciudadano creativo y reflexivo, tampoco con más horas a educación física se logra seres creativos, emprendedores o sanos. Se debe tener una mirada holística que abarque necesariamente al plano de la ciencia y la tecnología, la ética y la filosofía, la formación laboral y artística. La educación, la formación educativa, debe revalorar las dimensiones físicas y mentales, pero también éticas, artísticas y sobre todo de sentido de vida.

El otro factor que pone en riesgo la educación nacional este año 2014, es la dignidad y autoestima del profesor. En las IIEE se aprecia un malestar docente por la suspensión del concurso de directores, el retraso del ascenso a una escala mayor, la sobrecarga del trabajo educativo y los pocos cambios a nivel profesional. Nos hemos estancado y llenado la cabezo de ilusiones y amenazas, y así es bien difícil trabajar con ganas y dando un inicio al año escolar.

Es verdad que hay un sector de profesores que no desean los cambios y se convierten en una verdadera rémora del progreso. Es verdad las voces radicales quieren que todos cambien menos ellos. Sin embargo, es verdad que si este año 2014 no damos pasos significativos para mover el eje del trabajo escolar hacia el desarrollo formativo, podemos caer en lo mismo de lo mismo. Urge poner el cascabel al gato, urge volver a significar la labor de las escuelas centrado en producir aprendizajes. Sino éstas serán oportunidades perdidas, dineros malgastados, horas efectivas cumplidas en el papel, resultados pobres y les daremos la razón a los suicidas de la educación, a los destructores de la educación.


Invoco a los profesores realmente comprometidos con los aprendizajes a separarse de la masa anónima de la mediocridad, a organizar núcleos o círculos de experiencias exitosas, a crear foros y eventos de reflexión en todos los campos de la práctica pedagógica. A no dejarse mordisquear por la pereza o el desgano, a oponerse con brillo a toda voz quejumbrosa del lamento en el aula. Llamo a los profesores a entregar lo mejor a los estudiantes, a provocar cambios grandes o pequeños que sean provocadores de otros cambios. El 2014 no puede ser un año más, un tiempo más.

viernes, marzo 07, 2014

Galería de fotos de Guillermo Mercado Barroso



Entrañable poeta y colega profesor:

 No es muy usual en nuestro medio rendir homenaje a los nuestros. Estamos acostumbrados a encumbrar las virtudes de los foráneos, pero en cambio nos seducen destacar los defectos de los nuestros. Una suerte de miopía y baja autoestima golpea en los esquemas mentales de los peruanos. Sin embargo, a pesar que esa sea una constante en la crítica literaria y política como en los anuncios periodísticos, no podemos como arequipeños, sureños y peruanos dejar surcar en marzo el centenario del nacimiento de don Guillermo Mercado Barroso (25/03/1904 – 7/8/1983). Nuestro poeta es a todas luces el mejor indigenista arequipeño y el maestro primario más representativo de nuestra blanca ciudad.

Ha don Guillermo lo recordamos con su corbata michi, su voz profunda y clara, su figura frágil, su cigarro, su charlas amigables, su buen vestir y sobretodo por su forma personal de tratar y conversar con los demás. Lo vimos en las aulas, en los recitales, en los conciertos, en los cafés y en su biblioteca. No es fácil combinar la poesía con la docencia y combinarla al mismo tiempo con el periodismo y la política. Es más cómodo abordar el arte separado de la política, es muy complejo aún  hacer de la política un arte. Pero, don Guillermo, nacido un 25 de marzo de 1904, aquí en las casas mistianas y radicado durante años en las amplias casonas de la calle Cruz Verde, se le encuentra esa mezcla armónica entre el verso y la acción, entre la sensibilidad social y el compromiso educativo, entre la poesía y la política.

Quizás le debamos a él también, el respeto al indio que estudia en las escuelas nocturnas, el amor incondicional al niño y esa beligerante defensa de la escuela pública, la vida y la belleza. En lo educativo ensalzó a la escuela de la época a pesar de las limitaciones existentes, esa escuela tan venida a menos por esas odiosas pruebas estandarizadas europeas que sólo ven “resultados” y no “procesos” y mucho menos “condiciones”. No en vano Guillermo estuvo atareado entre las auroras del movimiento social peruano a inicios del siglo XX, admirador primero de Haya de la Torre, terminó simpatizando con las ideas socialistas con José Carlos Mariátegui. Periodista pulcro, autor de Oro del Alma, Inampu, 7 poemas para una tarde, El Donato, Un Chullo de Poemas, etc. pasó no sólo de ser director de una escuela primaria en la Antiquilla, sino llegó a encabezar organismos comprometidos con la cultura como la ANEA, la Biblioteca Nacional del Perú o el Instituto Nacional de Cultura. Los premios y galardones le sucedieron con la edición de sus obras, modestamente financiadas con su sueldo.

Una lluvia de actividades ha recargado el programa de los cien años de don Guillermo Mercado Barroso, pero hay en este afán grandes ausencias y hay aún persisten mezquindades. Poco difundida está su obra, poco estudiado están sus versos. En lo educativo aún no hay ningún trabajo serio que haya reivindicado su especial cuidado por la estética, lo ridículo y el rol del profesor, en especial el profesor(a) de educación primaria. Hay allí una deuda social.

A don Guillermo no le agradaban los homenajes ni mucho menos los aplausos, solo sentía el placer de trasladar el mensaje desde el hondo del alma, y decirlo con la luminosidad que dan los años, las vivencias humanas, la formación de educador y el compromiso por los niños, los indios y su Arequipa. Empero, con los cien años de sus natalicio lo menos que podemos hacer es recordarlo en sus poemas, sus amistades como Gabriela Mistral, sus escritos periodísticos y su imperecedera personalidad humana.